Oda a los chozos
Chozos extremeños
de juncos o retamas.
Hogares de pastores,
cómplices de sus vidas
y guardianes de las majadas.
Testigos de lluvia copiosa,
noches crudas de invierno
y siestas calurosas.
Chozos redondos,
sin rincones ni escondrijos,
dormitorio, comedor, cocina,
despensa, cuarto de estar,
sombra, cobijo...
Fiel amigo, testigo callado
de noches de amoríos,
y de largas primaveras
bajo un cielo claro y limpio.
!Ay! si vuestros juncos hablaran
y nos dijeran vuestras penas
al ver llorar a los niños
en crudas noches de invierno
ateridos de frió.
Con el rodar de los tiempos
habéis sido sustituidos,
por construcciones de piedra
o ladrillo.
Chozos extremeños
majestades erguidos
ya no alegráis los caminos.
de juncos o retamas.
Hogares de pastores,
cómplices de sus vidas
y guardianes de las majadas.
Testigos de lluvia copiosa,
noches crudas de invierno
y siestas calurosas.
Chozos redondos,
sin rincones ni escondrijos,
dormitorio, comedor, cocina,
despensa, cuarto de estar,
sombra, cobijo...
Fiel amigo, testigo callado
de noches de amoríos,
y de largas primaveras
bajo un cielo claro y limpio.
!Ay! si vuestros juncos hablaran
y nos dijeran vuestras penas
al ver llorar a los niños
en crudas noches de invierno
ateridos de frió.
Con el rodar de los tiempos
habéis sido sustituidos,
por construcciones de piedra
o ladrillo.
Chozos extremeños
majestades erguidos
ya no alegráis los caminos.
Adelaida Hidalgo